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- Fecha de creación 3 febrero, 2023
- Última actualización 3 febrero, 2023
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Una ciudad de distancias cortas es la publicación con la que celebramos el tercer año de CoRe. Su intención se reconoce desde el título, busca que las personas en las ciudades nos encontremos más cerca, más cerca de nuestros seres queridos, de nuestros trabajos, de nuestras escuelas; más cerca de parques, hospitales y mercados. La distancia que queremos acortar nos cuesta en tiempo, en emisiones de gases contaminantes y en dinero. Los costos los pagamos todos, pero son más caros para unos que para otros. Para ciertas personas son tan altos que no pueden satisfacer sus necesidades básicas, ni acceder a las oportunidades de empleo, educación o recreación que dan sentido a las ciudades.
Vivimos en una ciudad de distancias largas, en la Ciudad de México casi la mitad de los viajes al trabajo duran entre una y dos horas y el 5.3% más de dos. [1] Además, tres personas por día mueren en las calles víctimas del tránsito, [2] y el 62% de los contaminantes del aire que respiramos viene de vehículos automotores usados en dichos traslados, [3] en un país donde la mala calidad del aire está relacionada con 544 muertes prematuras cada año [4], mientras que muchas familias gastan más del 30% de sus ingresos en traslados a la escuela y al trabajo, ¿pero cómo llegamos hasta aquí? La respuesta está muy trillada y cada día es más aceptada: poco a poco, por casi 100 años nos enfocamos a construir infraestructura para mover coches y no personas, mientras adaptamos los usos de suelo, ubicaciones y formas de los edificios que habitamos de día y de noche, para que los mismos artefactos funcionen más ágilmente, y no para que niños, ancianos, mujeres y hombres podamos acceder a nuestros destinos de manera segura y eficiente, disfru-tando el trayecto.